Crónicas

EXPLOTACIÓN INFANTIL PARA EL TRABAJO / Jorge Cadús
AQUELLOS PRIVILEGIADOS

La jueza del Colegio de Jueces de Primera Instancia del Distrito Nº 14 de Villa Constitución, Marisol Usandizaga, condenó a Héctor Balducci y Silvia Bava -responsables de una explotación de arándanos en la localidad santafesina de Santa Teresa- como "material y penalmente responsables del delito de aprovechamiento económico ilegal de trabajo infantil, imponiéndole un año de prisión de cumplimiento condicional". Los niños –de diez y doce años- recogían arándanos manualmente con canastas que trasladaban hasta una balanza. En el predio no había agua potable, baños, cocina, ni lugares de refugio ni descanso. Al final de la semana el establecimiento pagaba a los recolectores a razón de $11 por cada kilo de fruta, cuando la venta al público llegaba a $100 por kilo. Se trata de la primera condena sobre explotación de trabajo infantil en todo el país a raíz de una denuncia radicada más de dos años atrás.

En agosto del 2017 escribíamos una crónica titulada "El método Nidera. Postales de la explotación rural", publicada en la querida página web de enREDando. Denunciabamos allí la situación de explotación sistemática a la que son sometidos, desde largos años atrás, los trabajadores del sector rural de la economía argentina, y el silenciamiento profundo de esa situación. "A caballo de esos silencios se tejió la crónica del saqueo: en la revolución verde de los 80, en la avanzada del paquete tecnológico de los 90, en la desembozada avaricia desatada con la derecha de los votos en el poder. El cuerpo de los trabajadores rurales en la intemperie programada que privilegia la producción a la vida", escribimos entonces, detallando también una serie de procedimientos del Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe, que sobre finales del 2016 y principios de ese año, detectó casos de explotación laboral en varias localidades: Laboderboy, Pueblo Esther, Alvear.
Una historia que desgarra también –y sobre todo- los cuerpitos de los pibes y pibas de estos arrabales: "en la localidad de Santa Teresa, los inspectores se toparon con 32 trabajadores – entre las que había siete niños de entre 12 y 15 años- sometidos a condiciones deplorables de labor en la cosecha de arándanos", puntualizabamos.
Hablábamos de una inspección realizada el 10 de noviembre de 2016 en una explotación agrícola sobre el kilómetro 54 de la ruta provincial nº 90, en el acceso a Santa Teresa.

El detalle que brindaron las inspectoras e inspectores del ministerio de Trabajo que conduce Julio Genesini es certero. "Venta de arándanos", anunciaba un cartel en el ingreso del predio, donde los recibió la esposa del dueño del emprendimiento. En el campo se consignó el trabajo de un grupo de personas entre los que había menores de edad. "El más chico tenía doce o diez años", detallaron.
El trabajo "consistía en recoger los arándanos manualmente de los arbustos y colocarlos en una canastita que colgaba de su cuerpo. Luego pasaban esa carga a unos canastos más grandes y a éstos los trasladaban hasta la balanza, donde la mujer anotaba en un papel la cantidad de kilos que juntaba cada uno".
En el galpón, una construcción más bien precaria, había una mesa, una balanza y una heladera donde refrigerar los arándanos. "No había agua potable, ya que la mujer refirió que sólo había agua de pozo", dijo una inspectora, que también puntualizó que "el traslado de los cajones implicaba una fuerza excesiva para los chicos". Tampoco pudieron observarse baños, cocina, ni lugares de refugio ni descanso.
"Al parecer, al final de la semana el establecimiento pagaba a los recolectores a razón de 11 pesos por cada kilo de fruta. Pero en la venta al público, en cambio, el precio era de 100 pesos por kilo", señala el informe, al tiempo que sentencia: "La gente trabaja al rayo el sol y sin horarios fijos. La sensación era de desidia total".

Desde el ministerio se siguió el protocolo de actuación indicado para estos casos: se hizo cesar el trabajo de niños y niñas, se cobró una sanción monetaria a los propietarios de casi $600.000, y se radicó la denuncia penal. En forma paralela, se contactó al área de Desarrollo Social de la Comuna de Santa Teresa, en la conciencia que muchas veces, el ingreso proporcionado por el aprovechamiento del trabajo infantil es el sustento de sus familias.

Hacia mayo de 2018, la denuncia realizada por el Subsecretaría de Políticas de Empleo y Trabajo Decente -dependiente del Ministerio de Trabajo provincial-, a partir de la detección de trabajo infantil en esa plantación de arándanos en Santa Teresa, fue elevada a juicio por el juez penal Ignacio Vacca. La causa tenía como imputados a Héctor Osvaldo Balducci y Silvia Edit Bava, que explotaban la plantación, y a quienes se imputó por el delito de "aprovechamiento ilícito de trabajo infantil, en calidad de coautores penalmente responsables".
La resolución de Vacca, que dio apertura al proceso judicial, atribuyó a los acusados "haberse aprovechado económicamente del trabajo de al menos cinco menores de edad, haciéndoles recoger manualmente los frutos de la plantación de arándanos que poseen con los fines de la comercialización privada. Las tareas suponen un trabajo riesgoso, en condiciones insalubres y de un esfuerzo excesivo para la edad de los niños, lo cual fue corroborado por personal del ministerio de Trabajo en el establecimiento situado en Santa Teresa". El fiscal pidió entonces una pena de prisión de 2 años.

Hace pocos días atrás, la jueza del Colegio de Jueces de Primera Instancia del Distrito Nº 14 de Villa Constitución, Marisol Usandizaga, condenó a Héctor Balducci y Silvia Bava como "material y penalmente responsables del delito de aprovechamiento económico ilegal de trabajo infantil, imponiéndole un año de prisión de cumplimiento condicional". La resolución forma parte del resultado de un juicio abreviado, y fija también "por el término de dos años, la obligación de someterse al cuidado de la Dirección Provincial de Control y Asistencia Post Penitenciaria; y la prohibición de acercamiento hacia los menores víctimas del hecho".
Guillermo Cherner, subsecretario de Políticas de Empleo y Trabajo Decente, explicó –apenas conocida la resolución- que "se trata de la primera condena sobre trabajo infantil en todo el país. Es un hecho simbólico muy importante y nos genera la satisfacción de saber que la Justicia avala y acompaña con su sentencia nuestro trabajo", señaló en diálogo con el diario El Litoral.

Hace ya una punta larga de años, ese enorme poeta popular llamado Armando Tejada Gómez, supo contar la vergüenza sin reparos de la niñez "triturada por escasos centavos, / por la cantidad mínima de pagar la estadía / como un vagón de carga". Y supo, también, marcar la enorme necesidad de pelearle, a los accionistas de los niños descalzos. Tal vez, la sentencia de la jueza Usandizaga sea apenas el comienzo de una historia donde nuestros pibes y pibas vuelvan a convertirse en los únicos privilegiados.


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Jorge Cadús: Es periodista. Es redactor y editor del periódico El Prensa; y columnista de varias páginas web de noticias. Forma parte del grupo fundador del Proyecto de Comunicación Alapalabra, de Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario. Es autor de "Postales de un desierto verde" (Tropiya ediciones, 2004); "Un tiempo ayer ceniza. Historias de la dictadura en el sur de la provincia de Santa Fe" (EMR, 2006) junto a Facundo Toscanini; "Combatiendo al capital. 1973-1976. Rucci, sindicatos y Triple A en el sur santafesino" (EMR, 2009), en colaboración con Ariel Palacios; "La Transa. Crónicas del narcotráfico" (Grupo Editor Postales, 2015); "Los días que vivimos en peligro. La destrucción del trabajo en la región 2015/2018)" (La Chispa, 2018) y "Alcorta: La ciudad invisible" (Grupo Editor Postales, 2019). Obtuvo dos veces el Premio Ciudad de Rosario por estos trabajos. En TV fue director periodístico de "Audiencia Debida. Crónicas del sur"(2000/2002); "Estación Sur. En los rieles de la Patria" (2010/2011) y "Tercer Tiempo. El relato salvaje" (2013/2015); todos en la señal Cablevisión Alcorta / Sacks Paz Televisora. Por esos programas obtuvo los premios ATVC 2001 y ASTC 2003 como mejor programa periodístico; y el Premio Juana Manso 2011 por su abordaje de las problemáticas de género. Desde el año 2006 a la fecha ha dictado en numerosas escuelas de la zona charlas y talleres abiertos sobre el terrorismo de Estado en la región. En el 2011 fue distinguido con el Premio Regino Maders por su trayectoria periodística y su compromiso militante.